domingo, 28 de octubre de 2007

La vida todavía no ha sido hermosa. La vida a nosotros nos ahoga

Usted dice que la vida es bella.
¿Y si lo parece y no lo es?
Entienda que para nosotras tres,
la vida todavía no ha sido hermosa.
Para ninguno.
La vida a nosotros nos ahoga…


(del flyer de “Tres Hermanas”, la nueva obra de Adrián Canale, versión libre sobre “Un hombre que se ahoga” de Daniel Veronese y la obra original de Antón Chejov)



Ella estaba en mi sueño, se había apoderado de él, y su presencia era tan melancólica como perturbadora, tan vital y tan llena de muerte. Ella no hablaba, y si lo hacía, no recuerdo sus palabras. Ella sufría. Ella seguía sufriendo en mi sueño, que en la madrugada del 27 de octubre se empeñaba en prolongar su suplicio, el mío, el nuestro. Desperté, y ella estaba en mí, como todos los días. Estaban la ella de siempre y la ella de los últimos meses. Estaba su ausencia. Estaban mis ganas de llamarla por teléfono, de enviarle mensajes de texto, de invitarla a comer, de contarle mis cosas. Estaba mi angustia. Estaba mi llanto cada vez más irreprimible. Estaba la sombra que se posó sobre mí para no retirarse. Estuvo conmigo todo el día, en casa, en el teatro, en la cena con mi amiga, en el viaje de vuelta. Las lágrimas en el asiento que da a la ventanilla. El dolor que no se va, que no se detiene. Que me inunda. Que me ahoga.
Ya no sé si la vida algún día podría ser hermosa.

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