martes, 20 de mayo de 2008

Esas cosas que llamo periodismo...


El feriado del 2 de abril me quedé en casa, todavía no sé bien porqué. Seguro tenía un montón de cosas que hacer. Siempre tengo un montón de cosas que hacer, es como un karma. Y me puse a actualizar el curriculum y a pensar adónde podía mandarlo. Opté por cuatro lugares y hacia allí partió, con un puñado de notas ya publicadas para mostrarle a esta gente de qué viene mi cosa (?).
Recibí dos respuestas positivas. De un lugar me pidieron un sumario y con el otro pactamos una reunión.
Resultado: Hecho en Buenos Aires optó por una entrevista a Paula Hernández que, al parecer, les gustó lo suficiente como para enviarme a entrevistar, en el lapso de una semana, a Árbol y Sebastián Wainraich y Gabriel Schultz. Esta última entrevista fue la peor experiencia de mi ¿carrera profesional?. Anyway, guardamos a Árbol para más luego y en el número de este mes se puede leer la entrevista a Paula y ser testigo de mi desagradable experiencia (que bien supe camuflar) en el estudio de TVR.
El otro lugar es Crítica Teatral, y se supone que en un par de días suben mi comentario de "La asfixia".
Mientras tanto, yo sigo cuestionándome qué hacer, qué está bien, qué está mal, qué quiero, qué no quiero, cómo lo quiero, con qué me quedo. Todo lo que hago desde los 12 apunta a esto, y no sé muy bien dónde estoy yendo. Tampoco sé cómo llegar, pero el primer paso me parece que es saber adónde. Una vez que consiga saber eso, será cuestión de ir abriendo camino. A machetazos.
Me pueden ir leyendo igual.
Cada vez que me quejo por algo me acuerdo del texto autobiográfico de Walsh y lo del chiste idiota de Rilke, "Si usted piensa que puede vivir sin escribir, no debe escribir".
Yo no puedo.
Así que me la banco y sigo.
No sé muy bien hacia dónde.

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