domingo, 30 de septiembre de 2007

Ojos

Tus ojos me llaman, necios, zonzos. No se dan cuenta de que nada más en vos abriga el deseo de llamarme. El resto de tu cuerpo llama otra cosa. No sé bien qué, ellos tampoco lo saben y tal vez vos mismo no lo sepas. Pero tus ojos me llaman y hay algo en mí que responde lenta, pausada, vanamente; a tientas, consciente del absurdo. Absurdo que se despliega ante mis ojos que, a pesar del alerta, no pueden hacer otra cosa que mirar los tuyos. Una mosca se pega a la pared. Una hormiga insolentemente se pasea por sobre la mesa. Los vasos están a medias (esto quiere decir medio llenos o medio vacíos, no que tan sólo hay medios vasos o que algún atrevido osó calzarles un par de medias). Y tras esos vasos se asoman tus ojos; inmensos, gigantes, más grandes, más abiertos, más cristalinos que nunca. Creo que son ellos los que dicen algo, pero cuando veo que la mosca vuela y la hormiga recula me doy cuenta que es tu voz la que está hablando.
- Mjhusghd kjsuhd ljishrmnd kjsihdnms.
Dijiste algo, pero no lo entendí. Se esfumó en el aire, se perdió en el tiempo, se adhirió a las alas de la mosca que se lo llevó volando. Mis ojos te miraron, de todos modos, como si hubieran entendido. Lo que no pude ver en los tuyos era si asentían a tu comentario mudo o lo negaban. Seguí mirándote a vos que mirabas desde detrás del cristal del vaso (mirando a tus ojos que miraban detrás del medio vaso, vaso a medias, lo que sea). Buscaba una explicación para todo esto. Para vos y yo sentados ahí, entre la mosca que, desconfiada, volvía a posarse a tu lado y la hormiga que reanudaba su camino. Para el silencio que aturdía ese instante y que en realidad no era tal sino el silencio que mis ojos creaban cuando se negaban a escuchar lo que decía tu boca. Tu boca que estaba en otro plano. No recuerdo en qué momento empecé a dividir todo en planos. Y estos se desarmaban como un rompecabezas. Lentamente se separaban y se movían. Se desplazaban en el aire mientras la mosca improvisaba una danza por la cual evitaba incómodos choques con cada uno de tus fragmentos. Entonces delante de mí quedaba sólo el recorte de tus ojos. Vagamente flotaba (apareciendo y desapareciendo –intermitentemente- de mi horizonte visual) tu boca, que se movía abstracta, mecánicamente. Parecías serio, seguramente me estuvieras anoticiando de algo trágico y terrible. Pero tus ojos le hablaban a los míos de extensos mares, cielos con estrellas, viejos cines de barrio, bares de Corrientes, inmensas librerías. El ensueño se quebró cuando tu mano dejó caer la copa y dejó caerse a ella misma, estruendosamente, sobre la superficie de la mesa. Te incorporaste abruptamente (lo que hizo huir, en escapada despavorida, a la mosca y a la hormiga) y todos tus fragmentos se unieron, volviéndote nuevamente uno. Eras alto, inmenso, imponente (e incluso un poco insolente) así, parado al lado de tu silla. Yo te miraba desde abajo, pequeñísima, impotente (no había en mí, creo yo, un atisbo de insolencia), sentada en mi silla, del otro lado de la mesa. Y entonces te escuché, certero, categórico, contundente:
- Todo se terminó.
Y fue entonces cuando te llevaste a tus ojos, con vos, junto con el resto de tu cuerpo. Y algo se quebró en los míos, para siempre.

Yo (29/9/07)

Lecturas: Libro de Manuel, de Julio Cortázar (o de cómo yo quiero alguien que me haga sentir yo misma a cada minuto)


“Una vez más entra en juego el masaje a escala mundial de los mass media. No se oye, no se lee más que Munich, Munich. No hoy lugar en sus canales, en sus columnas, en sus mensajes, para decir, entre tantas otras cosas, Trelew.”

“Porque un puente, aunque se tenga el deseo de tenderlo y toda obra sea un puente hacia algo y desde algo, no es verdaderamente puente mientras los hombres no lo crucen. Un puente es un hombre cruzando un puente, che.”

“…yo no puedo querer de veras a nadie que en algún momento del día o de la noche no se enloquezca de alegría porque en el cine de la esquina dan una de Búster Keaton, algo así.”

“Para mí el entusiasmo tiene que ser una constante y nunca una excepción o una especie de día feriado de los sentimientos.”

“- Como quieras, en todo caso yo buscaré siempre esas mujeres que inventan cada cinco minutos el aeroplano o el submariano, figurativamente hablando, que no pueden ver un par de tijeras y una hoja de papel sin recortar un conejito, que cocinan echando miel en vez de aceite en la sartén para ver qué pasa con las costillas de cerdo, y que en cualquier momento se ponen el rimen en la boca y el rouge en las cejas.
- Mutatis mutandi, vos querés que sean como vos, rimel aparte.
- No que sea como yo, pero que me hagan sentirme yo mismo a cada minuto.
- Las musas, en una palabra.
- No es por egoísmo ni porque ante necesitando palancas para mover el mundo. Solamente que vivir con una mujer pasiva me aplasta poco a poco, me quita las ganas de cambiarle la yerba al mate, de cantar a gritos mientras me baño; hay como una especie de sorda llamada al orden, de cada cosa en su lugar, el canario está triste, la leche no se va al fuego, es siniestro.”

“Pero claro, qué otra cosa es el amor sino reincidencia.”

“Yo también quiero que todo sea de nuevo y diferente y barrilete como vos decís.”

Quiero creer que estoy volviendo

Vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo

hay tanto siempre que no llega nunca
tanta osadía tanta paz dispersa
tanta luz que era sombra y viceversa
y tanta vida trunca

vuelvo y pido perdón por la tardanza
se debe a que hice muchos borradores
me quedan dos o tres viejos rencores
y sólo una confianza

reparto mi experiencia a domicilio
y cada abrazo es una recompensa
pero me queda / y no siento vergüenza/
nostalgia del exilio

en qué momento consiguió la gente
abrir de nuevo lo que no se olvida
la madriguera linda que es la vida
culpable o inocente

vuelvo y se distribuyen mi jornada
las manos que recobro y las que dejo
vuelvo a tener un rostro en el espejo
y encuentro mi mirada

propios y ajenos vienen en mi ayuda
preguntan las preguntas que uno sueña
cruzo silbando por el santo y seña
y el puente de la duda

me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron / yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo

tira y afloja entre lo que se añora
y el fuego propio y la ceniza ajena
y el entusiasmo pobre y la condena
que no nos sirve ahora

vuelvo de buen talante y buena gana
se fueron las arrugas de mi ceño
por fin puedo creer en lo que sueño
estoy en mi ventana

nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses

vuelvo con la esperanza abrumadora
y los fantasmas que llevé conmigo
y el arrabal de todos y el amigo
que estaba y no está ahora

todos estamos rotos pero enteros
diezmados por perdones y resabios
un poco gastados y más sabios
más viejos y sinceros

vuelvo sin duelo y ha llovido tanto
en mi ausencia en mis calles en mi mundo
que me pierdo en los nombres y confundo
la lluvia con el llanto

vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo.

Quiero creer que estoy volviendo - Mario Benedetti

La vida me mudó de acá http://antes-del-anochecer.blogspot.com/ a acá http://bruisesthatwontheal.blogspot.com/.

Sean bienvenidos a esta nueva etapa de mi vida.