Hoy llamé al Hotel Palacio, de Montevideo, para averiguar la disponibilidad de habitaciones y precios.
Me atiende una señora.
Le explico la fecha para la que estaría llegando.
- ¿Una habitación para vos sola?
- No, una doble.
- Matrimonial...
- No, camas separadas.
- Ah, son dos chicas.
- No, una chica y un chico.
Breve pausa. Noto cierta confusión en su silencio. Pero más convencida, al rato, agrega:
- Matrimonial entonces.
Esta mujer no entendió nada.
- No, somos dos amigos que viajamos juntos.
Pausa más extensa.
Creo que la mujer todavía está tratando de terminar de comprender el planteo.
domingo, 6 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario