martes, 26 de febrero de 2008

Todas las veces

¿Podrá ser, che, que uno se equivoque todas las veces?

domingo, 17 de febrero de 2008

"Hoy en el tren un hombre decía: '-Sufro mucho. Quisiera acostarme a dormir y despertarme dentro de un año'. Hablaba por él, pero también por mí".
Rodolfo Walsh.

lunes, 11 de febrero de 2008

Chicas superpoderosas

Mi primer chica superpoderosa.
Gracias a ella conocí a Ethan Hawke, mi chico superaaaaaaahhhhhhhh!!!!
Mensaje para el que se le ocurra hacer un comentario perro: "sé dónde vivís".

sábado, 9 de febrero de 2008

"Mrs. Robinson... you're trying to seduce me"


Supongo que, aunque puedan sospecharlo muy íntimamente, los directores nunca saben cuándo están registrando una escena que va a hacer historia. No sé cuánto podía sospechar Mike Nichols cuando, en 1967, rodó esta.
“Mrs. Robinson… you’re trying to seduce me”.


Después llegarían Los Simpsons, la mamá de Stifler, e incluso una producción en Broadway con Kathleen Turner, Jason Biggs y Alicia Silverstone.


Recién ví esta película más o menos por el 2002. Y morí por la música. Desde entonces me encantan Simon & Garfunkel, como al 0, 00001 % de la gente de mi edad. Son fantásticos. El vinilo de la banda de sonido de esta peli lo conseguí hace un par de años en Parque Rivadavia a 7 pesitos.



Parece que Nichols estaba tan obsesionado con ellos como yo, y así logro que Simon le escribiera el “cu-cu-cu-chu” para la peli.


En fin, El graduado es como un combo de talento: Simon & Garfunkel, Dustin Hoffman, Anne Bancroft. Watch, watch, watch!

jueves, 7 de febrero de 2008

El reencuentro

El fin de semana pasado finalmente se produjo el reencuentro en conjunto (con varias bajas, pero qué se le va a hacer) con la gente de teatro. Comimos pizza y helado, atravesamos el corso, quisimos jugar al pool pero terminamos jugando a los dardos y culminamos todo temprano ante el profundo sueño de los participantes que, en serio, hacen que yo, una persona por definición aburrida, parezca el alma de la fiesta. A pesar de que sean como De la Rúa (e, incluso, a pesar de que alguno de uds. lo haya votado - no voy a apuntar el dedito acusador hacia ningún Fede, sépanlo) yo los quiero profundamente.
Aquí el registro fotográfico de la velada.

Tras la pizza. Frente a un Saccoa o como se llamase. Los chicos (viejos) intentando dilucidar cómo se divertían (y vestían) los chicos (infantes). Un choque generacional.


Intentamos jugar al pool, pero como todas las mesas estaban ocupadas terminamos jugando a los dardos. Como eran para cuatro participantes y nosotros éramos cinco, Julia y yo jugamos juntas. Los vencimos, una vez más. Para que quede clara la superioridad del género.

Andrés (augustiado por perder, una vez más) atina al blanco.

Julia se concentra.

Gastón hace lo propio, con alegría, mientras Andrés intenta copiar su técnica desde la oscuridad.

Lo que no entendemos es porqué Fede da tan gay con un dardo en la mano.

Miren ese movimiento de muñeca.

Con el correr de la noche, poco a poco, va aceptando no sólo su condición sexual sino también su inocultable atracción hacia Andrés (que se sonroja un poco pero parece que en el fondo le gusta).

Y después de unas copas... la imagen habla por sí sola...

Esta es mi imagen "después de unas copas". Que en realidad no fueron ni tantas. Es tan sólo mi cara que no tiene arreglo. Se la mostraba ahora a Batty y le decía que parezco César Banana Pueyrredón. Conociéndote coooonoooociiiiieeeendoooooteeeee...

Aunque parezca increíble... esa decoración estaba pegada en el techo.

Y Fede y Julia la miraban entre sorprendidos e incrédulos.

Acá tengo cara-de-loca-que-pispea-la-mesa-de-al-lado-donde-se-tomaban-la-cerveza-más-grande-del-planeta-y-no-convidaban. Mientras, Andrés explica algo.

La idea era que yo dirigía a Fede y Julia para conseguir una toma de ellos en la que parecieran novios. La conclusión fue que mis dotes para la dirección son abrumadores, pero que Fede no sabe acatar una directiva. Así que esto es lo más verosímil que pude conseguir.

Aunque este gesto sobreactuado es mi favorito.

Y esta es la foto de todos juntos. Salgo aún peor que de costumbre porque le estoy gritando entredientes algo a la mina que quería sacar la foto y no podía. Definitivamente, no estoy atravesando mi mejor momento.

Paranoid Hypochondriac

Me siento Woody Allen. Aunque en realidad esto es hereditario, y entonces me siento mi viejo. Tengo una semana llena de ecografías y médicos: gastroenteróloga, ginecóloga, endocrinóloga, dermatóloga (me falta, final y claramente, agregar una psicóloga). Muero de miedo en cada consulta. Me aterrorizan cada uno de mis "omas": angioma, fibroadenoma. El ecógrafo ve en pánico en mi rostro e intenta tranquilizarme explicándome que todo es normal, que no hay de qué preocuparse, que lo más probable es que todo esto continúe exactamente igual y sin generar problemas por el resto de mi vida (que, en medio de este discurso, le falta augurar que será larga). Me tranquilizo un poco, compro una Carlsberg, champignones a la provenzal, queso, aceitunas. Los ingiero mientras me río viendo al Nahue en la tele (mientras no tengo más que asumir que, a pesar de todo, Hendler me sigue causando gracia). Intento tranquilizarme. Por esta y tantas cosas de la vida.

Límite hipocondríaco: la semana pasada tenía una puntada en el pecho. Al tercer día que la puntada se repite (ese último día duró como 10 minutos de corrido) voy a la guardia. Me atiende una doctora que me manda a hacer una placa y me avisa que cuando vuelva ella ya no va a estar porque va a haber cambio de guardia, por lo cual va a seguir atendiéndome otro médico. Me hacen la placa de torax, me la dan y vuelvo a la guardia. Los médicos que estaban ya se fueron y los reemplazos aún no llegaron. ¿Qué hacer? Saco la placa para echarle un vistazo. Veo dos manchas negras en... ¿el pulmón?. Cara-pálida. El médico que no llega. Media hora en la que se cruzan por mi cabeza las más tétricas hipótesis. Qué-va-a-pasar, qué-voy-a-hacer-ahora-o-nunca, cómo-será-mi-final. El tipo viene por el pasillo, entra al consultorio y yo salto como un resorte. Me-atiende-primera-o-le-bajo-todos-los-dientes debo estar diciendo con mi mirada. Que no es nada, que tome una pastillita, que seguro es del estómago (como, no había aclarado en esta crónica, suponía yo desde un principio). Pone la placa en esas pantallitas que le dan luz y me empieza a explicar cómo cada órgano estaba en perfecto estado. No puedo evitarlo, al fin y al cabo no confío en los médicos y capaz lo estaba pasando por alto, tal vez se había olvidado los lentes y no veía esa-mancha-negra. "Doctor, ¿y qué es eso?". "El corazón". "Es que soy 'un poco' hipocondríaca".

domingo, 3 de febrero de 2008

Negro sobre negro

Estoy releyendo los últimos posts del blog, los del viaje a esta parte, y me doy cuenta que son aterradoramente oscuros. Que si me suicidara mañana cualquiera encontraría aquí razones, y que si muriera por accidente igual alguien encontraría aquí razones para determinar que nada fue tan azaroso. Que tengo que cambiar muchas cosas mías para conmigo y para con los otros. Que el estado en el que me encuentro de unos cuantos meses a esta parte es ya insostenible. Verdaderamente insostenible. Que estoy tan pero tan rota que me resulta imposible juntar los pedazos e intentar pegarlos. Uno no encaja con el otro, algunos se perdieron, no sé dónde guarde la Gotita. Que por momentos tengo la sensación de no poder seguir, no poder seguir más, ni un paso más adelante (atrás, al costado). Que nadie entiende nada. Lo que es estar acá, abajo de esta piel ajada, en este bloque angustiado, nervioso, sufrido, perdido, cortado, golpeado, triste. Estar acá donde las emociones se agolpan, donde estoy sola, donde hay una plena consciencia de lo irrecuperable. Estar acá y querer que estés. Aunque sepa que no vas a volver nunca.

Chicas superpoderosas


Inauguro sección.
Las mujeres a las que me querría parecer (y jamás podría).
Hermosas, talentosas, independientes, inteligentes, únicas.
¿Y con quién más podría inaugurarla sino con ella, mi chica más más más superpoderosa, la mujer más hermosa que jamás haya pisado este mundo?
Una de mis situaciones hipotéticas de cabecera es la siguiente: encarar a un cirujano plástico y decirle "Sr., ¿me hace como Audrey Hepburn?"... ¡quién pudiera!
Yo una vez escribí esto sobre ella: http://alrededoresweb.com.ar/notas/audrey.htm